Ya leimos antes lo que necesitamos para ser escritores, ahora pasaremos a otra etapa dedicada al proceso creativo del constructor de historias.
Hemos
definido lo que queremos contar, ya hemos pensado en una historia,
que digo, no es una historia, sino la historia. Ahora bien ¿qué
debemos hacer? ¿Comenzamos a escribir?
La
respuesta es si y no, esta respuesta se aplica como según te sientas
mas cómodo a la hora de escribir. No estoy siendo ni claro ni
coherente, lo sé, pero así son las cosas. Crees que si fuera fácil
estaría en estos momento matándome la cabeza con mi proyecto (del
cual les haré participes mas adelante).
Aun
así creo que es justo que sea mas conciso. Vamos a ver a lo que me
refiero con si, no y la comodidad de escribir:
En
mi caso, el proceso comenzó con un NO, ¿por qué? Muy sencillo,
necesitaba trazar el eje conductor de la historia, saber el punto de
partida y el punto de llegada sin olvidar todo el caos o la armonía
necesaria para unirlos. Así mis queridos amigos, llegue a la
construcción de un eje narrativo, la columna vertebral de mi
historia, cada una de las vértebras en mi esquema se convirtieron en
posibles y potenciales capítulos para mi historia.
De
este modo, como lo indica la imagen, y siguiendo mi ejemplo con las
vértebras, recorremos ese camino que todos conocemos desde la
infancia: el inicio, el nudo y el desenlace. El cráneo del esqueleto
se convierte en nuestro inicio, en la introducción, cráneo que
unido a la vértebra permite la unión de todo el resto de osamenta.
Siguiendo por la columna, llegamos a las primeras extremidades, que
representan el nudo. Véanlo de la siguiente manera; En nuestros
cráneos tenemos nuestro cerebro, el cual nos indica los movimientos
que debemos realizar, donde comienza todo movimiento y son nuestros brazos y manos quienes ejecutan las acciones. Estas extremidades siguen los pensamientos que se forman en el inicio, digo en la cabeza... no sé
si lo vas pillando. ¿lo has hecho? Entonces sigamos.
Las
costillas, vienen siendo los arcos de la historia, los momentos que
agrupan sucesos importantes, ya explicare esta idea de los arcos un
poco mas adelante. Continuemos con esta columna vertebral, que llega a su
fin, a las extremidades inferiores, las encargadas de desplazarnos,
pero así mismo de detenernos. El desenlace.
Ahí
esta el eje narrativo, una serie de sucesos que pueden ser o no
agrupados en momentos o arcos. Tomemos por ejemplo el patito feo:
Una
mama pato tiene unos huevos que eclosionan.
El
mas grande de los huevos es el ultimo en eclosionar.
De
este sale un patito que es diferente a sus hermanitos.
Los
demás patitos se burlan de él.
El
patito feo decide partir dejando atrás las burlas.
Viaja
durante algún tiempo, odiando su aspecto.
Un
día llega a un estante donde ve a unos hermosos cisnes.
Acomplejado
por su fealdad intenta ocultarse, sin embargo es descubierto.
El
patito feo descubre que ya no lo es.
Como
ven en el ejemplo anterior, tenemos un cuento canónico, conocido por
todos. Quizá la versión que conozco no sea la misma a la que
ustedes conocen, pero creo no dejar fuera ninguno de los aspectos
importantes.
Volviendo
al ejemplo, el color verde encierra el conjunto del inicio, si
recompusiéramos el cuento a una versión larga, podríamos crear un
capitulo por cada línea. Luego el color azul representaría el nudo,
aquí cabe anotar por ejemplo que en la línea seis, (reitero, si
recompusiéramos el cuento) podríamos crear un sub-eje donde
contaríamos las aventuras del patito cuando dejo su hogar y como
llego al estanque de los cisnes. Para finalizar, tenemos resaltado en
rojo el desenlace que conduce a nuestro personaje, el patito feo, a
descubrirse a si mismo, a detenerse en esta historia, y remarco en
ESTA historia, porque no sabemos que otras historias pudo haber
vivido el patito feo, pero mas adelante explicare esto también.
No
obstante vuestra respuesta pudo ser SI en tal caso, para ustedes
realizar el eje narrativo podría ser engorroso, arduo y comenzarían
a escribir libremente, lo cual también es valido (para escribir
realmente no se necesitan seguir reglas, sino sentir lo que se
escribe).
Para
concluir, solo me cabe acotar que:
Eres
libre de comenzar a escribir con o sin eje narrativo, pero si elijes
utilizar el eje narrativo, aunque no tengas toda la historia
completamente pensada, solo un borrador superficial en tu cabeza,
identifica al menos su inicio, su final y los posibles pasajes
conectores entre estos, ya debes tener claro eso, por supuesto.
El
eje narrativo te servirá de guía mas adelante, si pierdes el hilo
de la historia, o te enfrentas a una hoja en blanco.
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