Los Hombres-Bestia
El
enano los guiaba por una callejuela de la inmensa ciudad de Noam, era
aquel pequeño ser quien abria la marcha, seguido de Onni y de
Vittoria. Aaron iba detras de ella, cargando a Isis en su regazo, a
su espalda Thomas lo seguia, cuidando la retraguardia.
Thomas
habia cortado su cabello como le habia sugerido el enano, lo cual le
conferia un aire mas juvenil, Aaron se pregunto que edad tendria
aquel hombre. No podia sobrepasarlo por mas de tres o cuatro años,
seguro tendria la edad que tendria Alan. Por su parte Onni, al perder
la barba, habia logrado que su rostro adquiriera una forma mas
redonda, y con un ligero aire de estudipez.
Todos
se habian calado unas capas negras que les llegaban hasta los
tobillos, Vittoria y él llevaban la capucha puesta ocultando sus
llamativas cabelleras. El enano se veia deforme bajo la capa debido
al hacha que llevaba consigo amarrada a la espalda. Makâl les habia
dado tambien varias dagas, las cuales guardaban junto al cinto de sus
pantalones al igual que tres sacos con provisiones, cortesia del
posadero ; Thomas llevaba uno de los sacos, Onni llevaba el
segundo y el llevaba el tercero.ecido a llevar dos sacos a cambio de
cargar con las dagas, pero Thomas habia insitido que las guardara con
él, quiza lass necesitaria para protejerse, pero Aaron sabia que no
tenia sentido, porque él no sabia como usar aquella arma en caso de
que hubiesen problemas.
Era
la segunda vez que Aaron veia la ciudad, para él era un lugar
enorme. Todo lo que siempre habia visto eran las pequeñas casas en
el campo, junto al lago y en los lindes del bosque, pero aquello
sobrepasaba lo que él siempre habia imaginado del mundo fuera de
Nox. Las apretadas casas que formaban las calles, los letreros que
colgaban en algunas de ellas, indicando una herreria, o una
panaderia, los establos por los que pasaban y de donde se escuchaba
uno que otro relinche y sobretodo, el gran palacio carmesi que se
erigia sobre todos los edificios, deslumbraban al joven pelirrojo. Lo
unico que le molestaba era el olor a estiercol y podredumbre que
impregnaba el aire, y la soledad de las calles. Una soledad
amenazante.
—
Alto, alguien se aproxima – ronroneo Isis, desde el regazo del
pelirrojo.
Todos
se detuvieron y giraron en el callejon que tenian a la derecha. Unos
pasos se acercaban, acompañados por una discusion. Ocultos por dos
enormes barriles que reposaban junto a una puerta, el grupo evito a
un trio de hombres que pasaban por el lugar.
—Ya
te digo que es por la calle de la hilandera a la izquierda
—No,ese
no es el camino idiota, debemos tomar la calle del herrandero a la
derecha y luego la calle de los gatos mojados a la derecha.
—No,
estoy seguro que es la calle de la hilandera, eso fue lo que dijo el
comandante de la guardia.
—¿Eres
realmente estupido, o solo lo haces para exasperarme ?
—Ya
callensen los dos imbeciles, es por el camino del caballero... mas
bien demonos prisa por llegar. Ya quiero encontrar a esos malditos
alquimistas, porque si lo hacemos Asmodeus nos va...
Las
voces se alejaron, nadie movia un musculo, todos contenian la
respiracion, completamente tensos. Salir de la ciudad no iba a ser
tarea facil, y si lo que el enano habia dicho era cierto, tendrian
que ir con mucha cautela porque desde su llegada, cada noche un grupo
de busqueda se desplegaba por la ciudad para encontrarlos. Aaron miro
al grupo que lo acompañaba y sintio una ola de temor por todos.
Una
hora antes de salir, él habia escuchado lo que habian hablado sus
compañeros, la Orden de los Alquimistas habia sido aniquilada y
probablemente Onni, Vittoria y Thomas debian ser los ultimos
alquimistas que quedasen en Nirvana. Aaron no queria ni imaginar lo
que podria ocurrirles si los atrapaban.
Al
haber pasado su vida entera en Nox, Aaron ignoraba lo que pasaba
fuera, eran raros los viajeros que llegaban hasta el ultimo poblado
en la frontera de Nirvana, a pesar de ser uno de los tres caminos que
conducian a Arual. Pero ahora que habia dejado aquel lugar olvidado
en el reino, Aaron se percataba que el mundo no era tan magico como
él y su hermanita habian imaginado alguna vez.
Al
pensar en Isabela, Aaron recordo lo que habia dicho el enano, hacia
mas de dos años que todo esto habia comenzado... dos años... la
imagen de su hogar en llamas volvio a su mente, una imagen tan real
como dolorosa. Pero aquellos dos incidentes no podian estar
relacionados, ¿ Como podrian tener relacion la caida del poder en
Nirvana con la muerte de sus padres ? Se sintio estupido de solo
pensarlo.
—Continuemos,
no hay tiempo que perder, ya estamos cerca — murmuro el enano,
saliendo del escondite y apresurandose a retomar la callejuela por la
que los tres hombres venian de pasare. Aaron recordo repente donde se
encontraba y la delicada situacion en la que se encontraban.
Vittoria
y Onni siguieron al ser, sin hacer el mas leve ruido, pero cuando él
se disponia a seguirlos, Thomas lo detuvo colocando una mano sobre su
hombro.
—Si
llegase a ocurrir algo, no te apartes de mi, yo te protegere — le
susurro Thomas mirandolo directo a los ojos. Aaron sintio que la
sangre le montaba a las mejillas y se alegro que fuera de noche. El
joven se percato de nuevo del color de aquellos ojos como el de dos
gotas de oro.
El
hombre libero su mano e indico al joven de proseguir el camino tras
los otros. Las palabras de Thomas quedaron resonando en sus oidos y
sin saber porque sonrio mientras caminaba, pero esta no le duro
mucho, en cuanto mas avanzaban, Aaron advertia que habian casas que
estaban completamente abandonadas y dejadas al abandono. ¿ Qué
habria sucedido ahi ? Se preguntaba el joven, lanzando furtivas
miradas al interior. Asi continuaron algunos metros.
No
habia logrado ver nada, pero no por ello habia ignorado el hecho de
que animales salvajes habian ocupado las viviendas abandonadas. Él
habia aprendido a ignorar las voces incesantes de los animales, con
sus variadas entonaciones y ritmos. Era casi natural para él decidir
de escucharlas o no. Desde que habia salido de Nox no habia
necesitado esa capacidad de entender a los animales, sin contar que
Isis era el unico animal que conocia capaz comunicarse con los
humanos. Él preferia no escuchar aquellas voces en gran medida,
porque sus conversaciones no eran lo mas entretenido del mundo.
Basicamente, los animales hablaban de comida, de dormir y de lo que
les ocurria y rara vez de lo que pasaba en el mundo de los humanos.
Pero en ese momento, cualquier sonido era imprescindible, cualquier
rumor que pudiese filtrarse era vital para lograr su objetivo.
El
problema era que habian demasiadas voces, voces ronroneadas,
chilladas y gruñidas y Aaron no lograba entender nada.
—Ya
casi llegamos, alquimistas, doblando esta calle, justo al final, hay
un puente que atraviesa el Bravo, una vez del otro lado solo nos
quedaran cinco minutos de marcha antes de llegar al cementerio.
—Confiamos
en ti Makâl, si tu nos dices que alli habra alguien quien nos
ayudara a salir, te creeremos —respondio Vittoria al enano.
—¡Malditos
humanos, malditos humanos! —grazno un coro de voces sobre sus
cabezas. Aaron levanto la mirada y vio un grupo de cuervos que
provenian del punto a donde se dirigian. Sin pensarlo dos veces freno
en seco, Thomas choco con él y los dos calleron al suelo. Isis se
escabullo justo a tiempo antes de ser aplastada por el hombre y el
joven.
—¿Pero
que haces Aaron ? — pregunto Thomas. Su rostro estaba muy
cerca del de él, podia sentir su respiracion sobre el rostro.
Nuevamente una sensacion de bochorno le monto a la cabeza. Los otros
los rodearon y los ayudaron a levantar.
—¿Qué
planeas muchacho? ¡Que nos descubran! — le pregunto el enano
tirando de su cuello, haciendole caer la capucha.
Aaron
miro a los cuervos posarse sobre el techo de una casa.
—¡Venir
a estas horas de la noche a nuestro hogar haciendo ese escandalo, es
intolerable!
—¡Intolerable!
¡Intolerable!
—He
pensado que me da un ataque, cuando vi a los hombres bestia llegar.
—Y
a mi
—Y
a mi
—¡Te
estoy hablando muchacho! Tenemos que seguir.
—Dejalo
Makâl ¿qué sucede Aaron? —le pregunto Thomas.
Aaron
alejo los graznidos de los cuervos y miro al grupo a su alrededor.
—¡No
podemos continuar, Thomas!
—¿Pero
qué estas diciendo, nos estan esperando? Pase todos estos dias
organizando vuestro escape.
—¿Por
qué dices eso Aaron? —pregunto Thomas
—Aaron,
no tengas miedo, todos te protegeremos, Vittoria parece debil, pero
no lo es. Oye no me golpees, solo bromeo.
—¿Es
eso, Aaron?
—No
es eso, es que...
—Alguien
se acerca, metanse rapido dentro de esa casa, deprisa.
Isis
los insto a entrar dentro de una de las casas abandonadas, una vez
dentro la oscuridad los oculto. Por mas que Aaron escudriñaba no
lograba ver nada. Isis se habia quedado fuera, oculta entre las
sombras. Pasados unos minutos volvieron a escuchar pasos que se
acercaban lentamente, acompañados por los gemidos de alguien quien
aparentemente sufria. Aquello le dio escalofrios a Aaron porque
aquella voz le era ligeramente familiar.
Unos
momentos despues, dos ojos resplandecieron en la oscuridad, Isis
habia vuelto.
—Un
grupo de humanos llevaban al posadero
Vittoria
ahogo un grito a la derecha de Aaron, quien se quedo de piedra al
escuchar el anuncio de la gata. No podia ser posible, Angelo el
posadero no podia haber sido atrapado.
—No
puede ser posible... han descubierto nuestro plan ¿Ahora como los
voy a sacar de aqui?
—¡No
pierdan la calma, ya pensaremos en algo! —dijo Thomas
Todos
guardaron silencio. Isis se escabullo al interior de la casa
dejandolos sumidos en sus pensamientos.
—¿Makâl?
—¿Qué
quieres muchacho?
—Esto...
solo queria saber que son los hombres-bestia... escuche la expresion
y... bueno no sé lo que significa.
—¿Donde
escuchaste eso Aaron? —Pregunto Onni.
—Eh...
no lo recuerdo, pero ¿Qué son?
—Nunca
habia oido sobre eso, ¿tu ya habias escuchado esa expresion
Vittoria? —pregunto Onni, acercandose a tientas hacia Aaron. —¡Oh,
lo siento, Aaron! — Una de las enormes manos de Onni se habia
chocado contra la nariz del joven.
—No,
yo tampoco he escuchado sobre esos hombres-bestias.
—Pues
yo si, y no solo escuchado, sino visto. Son los actuales guardianes
de Nirvana, nunca antes habia visto algo asi. Aparentemente son
humanos, pasan desapercibidos ante los ojos de cualquiera, pero
pueden transformarse a voluntad en unas bestias enormes cubiertas de
pelo, con afilados colmillos y sedientos de sangre... muchos de esos
humanos fueron los responsables de la muerte de la gente de mi pueblo
y del de muchos otros pueblos.
—¡Qué
horror! ¿Son esas criaturas las que nos buscan?
—Hace
meses que no se ven hombres-bestias en Noam, normalmente son ellos
los que buscan a los posibles alquimistas, pero bueno mi gente se
ocupa de eso aqui, asi que creo que todos fueron enviados a Bezul y
Rakia.
Aaron
sintio que su estomago se contraia en su interior, el estaba seguro
de haber oido a los cuervos graznar sobre esos hombres-bestia.
—¿Quieres
decir que esas criaturas podrian descubrirnos facilmente?
—Asi
es muchacho
—¿A
que viene todo eso Aaron? No es suficiente con estar aqui atrapados
como para que agregues mas — La voz de Thomas estaba cargada de ira
y Aaron se sintio culpable, pero se sentia aun mas asustado de lo que
ellos podian imaginar.
Un
ruido a su espalda lo hizo erizarse, varios destellos plateados
aparecieron de todos lados y el ambiente se tenso en la habitacion.
Aaron giro levemente la cabeza y vio a sus compañeros blandiendo las
dagas y al enano su hacha. El joven sentia que su corazon iba a
saltarle del pecho. Por lo que parecio una eternidad, nadie se movio,
escudriñando las sombras.
—Quedate
atras y no te muevas —le murmuro al oido Thomas, el joven no se
habia percatado en que momento el hombre se habia colocado a su lado.
Algo
cayo produciendo un ruido sordo y seco en la habitacion del lado.
Casi al mismo tiempo unos gritos se levantaron en la distancia,
atravezando la noche. Todos se voltiaron hacia la puerta, Aaron se
vio rodeado por uno de los brazos de Thomas quien lo cerro junto a
si.
—¿Qué
fue eso? —Todos saltaron sobre su sitio al escuchar la voz que
provenia a sus espaldas, Isis estaba bajo el marco de la puerta que
llevaba a la otra habitacion. Despues de un rato en la oscuridad los
ojos comenzaban a acostumbrarse.
—¡Isis,
gata pulgosa, casi nos matas del susto!
La
gata siseo enojada ante el comentario.
—Esto
no lo olvidare humano gordo... he encontrado algo que quiza
nos pueda
ayudar... Vamos
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